Durante estos siete años hemos podido disfrutar de grandes juegos como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, Super Mario Bros. Wonder o Pokémon Let’s GO Pikachu/Eevee que han ayudado a fortalecer la gran trifuerza de la compañía afincada en Kioto, entre otros. Pero también ha servido para que Animal Crossing: New Horizons, Pikmin 4, Xenoblade Chronicles 3 o Metroid Dread sean una puerta de entrada para unas franquicias consideradas de nicho.
Aquí es donde nace Princess Peach Showtime!, una de las grandes apuestas de Nintendo que continúa la línea de apuesta tras el estreno de la película de Super Mario Bros. en cines. La princesa ahora es una guerrera y merece su protagonismo en el escenario para poder brillar sin Mario y Luigi. Su aventura en solitario dispone de un gran cartel.
Super Mario Bros. cumplirá 40 años, el año siguiente, y en este tiempo muchísimas cosas han cambiado, Princess Peach Showtime! para Nintendo Switch representa este cambio perfectamente. Para empezar, sigue la estela de la renovada imagen de la princesa en Super Mario Bros. la película.
Con este nuevo juego exclusivo de Nintendo Switch, la princesa Peach pasa de ser la rescatada, a la única salvadora de la aventura, algo que ya saboreó hace más de una década con Super Princess Peach en Nintendo DS, aunque la diferencia aquí es que a Mario no se le ve aparecer en ningún momento. Es decir, es la protagonista absoluta, y no una opción más para el multijugador.
Un cambio con el que el personaje, y la propia Nintendo, quiere derribar algunos estereotipos demostrando que uno de sus personajes más célebres puede ser mucho más proactivo y que no se limita a ser una princesa en apuros. También puede defenderse sola, resolver enigmas, ser una sirena, o una aguerrida ninja, repostera, patinadora… en pocas palabras, lo que quiera y se proponga.
Hemos visto personajes principales femeninos fuertes en Tomb Raider, Metroid y otros muchos juegos), pero que puede ser especialmente llamativo para los nuevos jugadores y jugadoras, y en especial los más pequeños. Peach ya no es la rescatada, es la protagonista e incluso hace igual o más cosas que Mario.
Desde la mismísima intro queda claro: un Toad llega a las puertas del palacio de Peach con el flyer de un sugerente teatro donde se están representando un montón de obras. Y como Peach no se lo quiere perder, hasta allí que se desplaza la princesa para darse cuenta pronto de que algo no va bien.
La bruja Grape ha bloqueado las salidas y se ha hecho con los mandos del teatro, alterando las obras a su antojo con la llamada malguria y haciendo que sus huestes se suban a los escenarios.
Es así como conocemos a Lucy, una criatura con aspecto de estrella, que es la protectora del teatro. Ella nos pedirá que la ayudemos a restaurar el orden, además de encontrar a los “Esplendi”, los protagonistas de cada obra que, como descubriremos tras avanzar un poco, han sido encerrados por Grape en el sótano del teatro.
De este modo, cada obra está compuesta por tres niveles, repartidos por las distintas plantas del teatro… aunque el tercer fragmento, que es el epílogo de cada obra y el rescate de los Esplendi, siempre está en el sótano.
Suena más complicado de lo que realmente es, pero dividir las obras en tres niveles distintos, repartirlos por todo el teatro facilita y que no los juguemos de manera secuencial, es clave para que el juego se sienta en todo momento una experiencia muy variada, en la que vamos alternando las distintas mecánicas y estilos de juego marcados por la temática de las obras.
Princess Peach Showtime! es una plataforma pensada para todos los públicos, y en especial para los más pequeños de la casa, esos que están iniciando en los videojuegos.
Es por eso que el control de Princess Peach Showtime! es como los juegos clásicos de Super Mario Bros. y solo utiliza dos botones de acción, aparte del stick izquierdo para movernos (curiosamente, no podemos usar la cruz). Existe un tercer botón, pero con una función super concreta…. Más adelante te hablaré de esto.
¿Para qué sirven estos dos botones? Pues depende del nivel en el que nos encontramos, y por supuesto, la obra. En el primer nivel de cada representación entramos en el escenario como la princesa Peach, y debemos encontrar el “esplendor”, una especie de estrella que cambia nuestro aspecto al estilo Sailor Moon y nos convierte en la protagonista de la obra.
Hasta que eso suceda, el botón “A” se utiliza para saltar, mientras que el botón B nos permite utilizar nuestra cinta; por ejemplo, para atacar a los enemigos o ayudar a los Bambalinos, los habitantes de las obras de teatro (y de paso, inspirarlos para que sean más fuertes o valientes para que realicen acciones dentro de la obra).
Una vez encontrado el esplendor y la princesa Peach ha mutado de aspecto, el botón de salto se mantiene en la mayoría de los casos, mientras que el segundo botón de acción nos permite realizar acciones específicas del papel que interpretamos (además de las acciones automáticas). Así, por ejemplo…
- Peach Espadachina: da estocadas con su mandoble, incluso en vertical si pulsamos arriba.
- Peach Ninja: ataca con sus kunai, puede respirar debajo del agua, mimetizarse con las paredes…
- Peach Vaquera: lanza su lazo, con el que puede sujetar incluso barriles.
- Peach Repostera: bate masa de galletas en cuencos, adorna tartas gigantes desde un columpio…
- Peach Furtiva: piratea máquinas, usa su cable para agarrar ganchos flotantes y planea en el aire.
- Peach Patinadora: realiza filigranas sobre el hielo y golpea a patinadores enemigos al ejecutarlas.
- Peach Detective: examina pruebas y decidimos si sacar su “dedo acusador” al sospechar de alguien.
- Peach Superheroína: vuela, realiza energéticos ataques, puede levantar autobuses…
- Peach Sirena: usa su voz para cantar y controlar bancos de peces con distintos fines.
- Peach Kung Fu: artista marcial que reparte patadas, y se balancea en postes…
Por ejemplo, con la respostera, debemos ser rápidos batiendo y adornando tartas para alimentar a unas voraces hordas, mientras que con la detective debemos revisar todos los objetos sospechosos en busca de pistas que nos permitan seguir avanzando en nuestras pesquisas, como por ejemplo descubrir dónde van a poner una bomba.
O la patinadora, que deberá rescatar al plantel de bailarinas en piques de baile y poses o incluso en un desfile. ¿Y qué decir de la obra de Kung Fu, donde no falta incluso un despiadado maestro al que tendremos que vencer en duelos de reflejos para pulsar el botón de ataque en el momento justo?
Con la superheroína somos una especie de Capitana Marvel que detiene una invasión alienígena gracias a una armadura que le da superfuerza y capacidad para volar, entre otras cosas (con sorpresa final incluida). O la sirena que, como en La Sirenita, canta como los ángeles, aunque aquí para usar bandadas de peces para liberar a los bambalinos, abrir conchas gigantescas y encontrar tesoros,etc.
Son solo algunos detalles de la jugabilidad única que nos espera en cada obra, en las que incluso hay minijuegos específicos para explotar algún aspecto de los trajes de Peach y secciones en las que la dinámica jugable cambia por completo (zonas que parecen endless run en los que no controlamos el avance, minijuegos en los que planeamos recogiendo objetos, guiños a los juegos musicales).
En todos los niveles, aparte de llegar al final, tenemos objetivos adicionales, como encontrar un número variable de “esplendoritas”, que vienen a ser como las estrellas de los juegos de Mario y que necesitamos, por ejemplo, para desbloquear las puertas cerradas de los jefes de cada planta. En este sentido, el juego es “permisivo” y siempre pide cantidades muy, muy asequibles.
En los niveles también encontraremos a personajes más o menos escondidos, como Globerto (un bambalino suspendido en el aire con un globo, que nos da monedas) y Cintacio, que siempre suele ocultarse y al ser encontrado nos proporciona lazos adicionales para personalizar a las heroínas. Y por supuesto, monedas que podemos recoger y gastar en la tienda de trajes para Peach y Lucy.
El juego muestra su doble faceta, tanto para jugadores “principiantes” como para jugadores “expertos”: puedes terminarlo sin demasiados problemas, pero también tiene desafíos extra que requieren algo más de tensión y habilidad para quien quiera conseguir el 100% de la aventura.
En general, Princess Peach Showtime! tiene un desarrollo muy variado, simpático, ameno y disfrutable para cualquier tipo de jugador que, simplemente, busque pasarla bien, sin mayores pretensiones. No es Dragon’s Dogma 2, ni Rise of the Ronin, es algo mucho más ligero y directo.
Además es capaz de arrancar más de una sonrisa: cuando veas a Peach Patinadora hacer poses o a la Detective investigar con solo su intuición, acompañado de un “aha”, o el mismísimo combate final (del que no podemos decir nada), es complicado no esbozar una sonrisa. Y son solo algunos ejemplos. Destaca la sencillez y sobre todo diversión para todos.
La duración de Princes Peach Showtime! es de unas 10 horas aproximadamente, pero solo para completar la historia. Puede que a un jugador adulto con experiencia en videojuegos le dure algo menos . A un niño puede que incluso le dure algo más.
Otra cosa es completarlo al 100% y conseguir todos los desbloqueables, donde la duración se puede extenderse a las 15-20 horas, dependiendo de la habilidad de cada uno. Por ejemplo, los mencionados ensayos nos ponen a prueba con algunos de los trajes, por ejemplo, con la espadachina, para vencer a 140 enemigos dentro de un tiempo límite.
Y por supuesto, al terminar la aventura por primera vez se habilitan algunas posibilidades nuevas, de las que no podemos adelantar nada, pero que en algunos casos, ayudan a que volver a rejugar los niveles para que de nuevo tengan algún aliciente extra.
Cuánto cuesta Princess Peach Showtime!, ediciones y dónde puedes jugarlo
Princess Peach es un juego exclusivo de Nintendo Switch, por lo que solo podrás jugarlo en la consola híbrida de Nintendo, ya sea Nintendo Switch OLED, Switch Lite o el modelo original.
Tanto en versión física como digital, sólo existe una edición. Princess Peach Showtime! va desde los $899 pesos aquí en México.